El martes seis llegamos a Mumbai a las 8.30 hora local
después de un viaje especialmente malo. Fueron siete horas hasta Dubai, escala
de cuatro horas de duración y 3 más hasta Mumbai. Esta vez no tuvimos la suerte
de hace tres años y viajamos en clase turista, en “las perreras” en la jerga de
los pilotos. Eso nos dijo al menos un militar retirado que viajó con nosotros
en el autobús de los discapacitados (qué mal suena). Perdió una pierna hace un
tiempo en un accidente de tráfico y desde entonces ha decidido disfrutar de
cada segundo de la vida que le quede. Hace poco que ha vuelto de unas
vacaciones en Colombia y se dirigía a Kuala Lumpur, lo que le suponía un viaje con
dos escalas y dieciséis horas volando en total (7 + 7 + 2). Venía también una pareja
de China que iba a Shanghai y que llevan 13 años viviendo en España; presumían
de haber vivido en muchos países en los que espero que hayan aprendido el
idioma mejor que en España. Nos costo bastante darnos cuenta de que estaban
intentando hablar en castellano.
Viajamos con Emirates y al margen de la paliza que supone
este tipo de viajes el servicio es bueno. Nos atendió Snata (una morena muy
guapa de las Sheychelles) y Joaquín (argentino, muy atento). Gran cantidad de
películas y música e incluso videojuegos; es la primera vez que he visto esto último. Cada asiento con su propia
pantalla y mando y una ranura donde introducir la tarjeta de crédito para poder
hacer llamadas y enviar mails por satélite.
Íbamos en una fila de tres con un chico Brasileño que vive
en la Sierra de Guara, en Huesca. Vino hace tres años a escalar y se quedó. Va
a escalar a Tailandia hasta marzo.
El aeropuerto de Dubai es impresionante. Llegamos a la 00.00
hora local (21.00 en Pamplona) y antes de bajar del avión nos pudimos hacer
idea de su tamaño al ver la pantalla donde se informaba de los vuelos de
conexión. Informaba de 34 vuelos distintos y el nuestro ni siquiera salía
porque sólo informaba de los que salían en las 3 horas siguientes. La zona
comercial enorme, y todo tipo de productos. Llama la atención la cantidad de
firmas de lujo presentes.
Casi todo el personal de limpieza, personal de asistencia a
discapacitados y resto de trabajos que suponemos no muy bien remunerados es de
origen Indio. El que empujaba nuestra silla para salir del avión era de Kerala
y se emocionó cuando le saludamos en Malayalam.
Tras 4 horas interminables por fin subimos al avión dirección a Mumbai.
Se notaba a donde íbamos, casi todo el pasaje era indio, muchos de ellos
musulmanes que se distinguían fácilmente por su indumentaria.
La llegada a Mumbai fue complicada. Tras un viaje tan largo fue necesaria una silla especial para poder salir del avión y a partir de ahí siguió con lo esperado, muchos controles de seguridad y paciencia para hacer cola en el control de pasaportes. Afortunadamente las maletas llegaron sin novedad. Fuera nos esperaban las Hermanas Teresa y Santana en un taxi que nos llevaría a su casa. En fotografía se ve como pueden viajar cinco personas, dos maletas, la silla de ruedas y dos bolsas de mano en un coche sin maletero.
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